Millones de años después, empezaron a adoptar y a aceptar posturas corporales y ruidos específicos para señalar a los demás cuando estaban en peligro o cerca de peligro, cuando encontraban donde podían conseguir comida, cuando se querían aparejar, etc. Los signos y señales se fueron elaborando para que puedan ser mas efectivos para la comunicación.
Socialmente, el sistema de signos y señas, no causaba problemas al interpretar los mensajes en un entorno conocido, pero globalmente tomaba más tiempo descodificar, codificar y entender el mensaje.
No era posible que una cultura compleja se desarrolle con este tipo de comunicación, ya que las historias, mitos, instrucciones e interpretaciones, no podían ser transmitidas en su totalidad, y esto causaba que la cultura se pierda o no se entiendan sus tradiciones, por ejemplo. Fue ahí cuando la era de los signos y las señas se transforma a la era de del habla y del lenguaje.
Aunque el lenguaje no hablado empezó en la era de los signos y las señas, claramente podemos ver hoy en día, que este tipo de lenguaje es muy común en el día a día y es algo que todos entendemos. Es por eso que el primer tipo de comunicación que aprenden los bebés, es el lenguaje de las señas y signos. Como por ejemplo: saludar o despedirse con la manita, mandar besos volados, dar la bendición, apuntar a objetos que quieren o necesitan, etc.
Fleur, M. L., Ball-Rokeach, S. J., & Chic, J. S. (1993). Teorías de la comunicación de masas. Barcelona: Paidós.
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